Nocturno para una princesa de sombras
- samuel gaitan
- 4 sept
- 4 Min. de lectura
Era una noche oscura
sin luna
solo la locura
de mis pensamientos
anhelados sentimientos
porque solo pensaba en ti
mi amor
tu mi dulce hermosura
esta noche ami alma
le da lastima perderte
y no tenerte
esa noche sin luna
esa noche sin cura
esa noche mi locura
pensaba en ti
aunque el tiempo
aunque el tiempo
y la distancia nos separan
por que tu mi amor y mi princesa
me das ganas de seguir adelante
para ella este poema con el alma
Noche sin Luna
En el abismo de esta noche huérfana de luz,
donde la oscuridad abraza mis silencios,
navego entre mareas de pensamientos,
náufrago de anhelos en un mar de melancolía.
Solo tu recuerdo, farol de mi existencia,
ilumina los rincones de mi mente inquieta.
¡Oh, dulce tormento de saberte lejos!
¡Sublime condena de llevarte dentro!
Añoro el néctar de tu presencia,
la seda de tu mirada que acaricia mi alma.
Eres tú, hermosura celestial,
quien convierte mis tormentas en calma.
Esta noche, el corazón se desangra en versos,
lágrimas de tinta que dibujan tu nombre.
Un lamento se eleva hacia el firmamento vacío
donde las estrellas se esconden, celosas de tu brillo.
Piedad implora mi alma desgarrada
ante el cruel abismo que nos separa.
Dolor exquisito de amarte en la distancia,
poesía amarga de soñarte sin tenerte.
Entre sombras danzo con tu fantasma,
aferrado a memorias que el tiempo no borra.
Mi locura, mi bendita locura,
es este amor que trasciende fronteras.
Aunque leguas nos dividan,
aunque relojes marquen horas sin ti,
eres tú, princesa de mis desvelos,
la razón que impulsa mi existir.
Por ti, mi musa eterna, mi destino,
desafío a la distancia con versos ardientes.
Por ti, mi amor, mi luz en penumbras,
cada amanecer es promesa de reencuentro.
Para ti este canto que brota del alma,
cristalizado en lágrimas de esperanza.
Para ti, solo para ti,
esta noche sin luna,
esta vida que es tuya.
Noche sin luna (para ella, con el alma)
Era una noche oscura,
sin luna,
solo el eco errante
de mi propia locura.
Mis pensamientos,
anhelos encendidos,
eran brasas calladas
que solo a ti acudían,
mi amor,
mi dulce poesía.
En esa noche callada,
mi alma temblaba,
no por frío,
sino por la tristeza
de no tenerte cerca.
Tú, mi hermosa princesa,
mi faro entre la niebla,
eras la única luz
que iluminaba mi tormenta.
Y aunque el tiempo corra,
y la distancia se burle
de este amor que en mí no muere,
tú sigues siendo
la razón que me levanta,
la esperanza que no miente.
Esa noche sin luna,
sin cura,
fue mi noche de locura.
Pensaba en ti —
más allá del tiempo,
más allá del fin.
Porque amarte
es seguir adelante,
es escribirte en cada verso
la promesa
de un alma que aún te espera.
Noche sin luna
Era una noche oscura, sin un destello,
sin luna que cantara su suave consuelo.
Solo la fiebre de mis pensamientos,
anhelos ardientes, suspiros sedientos.
En ti pensaba, mi amor, mi dulzura,
estrella fugaz de mi alma en penumbra.
Tu risa, un verso que el cielo murmura,
tu esencia, la chispa que mi noche alumbra.
Mi corazón, herido, teme perderte,
en esta sombra donde no puedo verte.
Sin luna, sin cura, mi pecho se quiebra,
mi locura danza en la noche que celebra.
Aunque el tiempo, cruel, nos teja distancias,
y el viento susurre sus frías errancias,
tú, mi princesa, mi luz soberana,
eres la fuerza que mi alma engalana.
En esta noche sin fin, sin medida,
te guardo en mi verso, mi amor, mi vida.
Eres el latido que alumbra mi herida,
mi eterno anhelo, mi estrella perdida.
"Nocturno para una princesa de sombras"
La noche desgarró su vestidura:
no había luna, sólo reinaba la demencia
de un reloj sin horas, donde el pensamiento avanza
como náufrago en mar de tinta oscura.
Mis venas trazaban mapas de tu nombre,
Tú, doncella de sombras y resina,
arquitecta de mis alas sin cordura,
espejo donde el tiempo bebe y nombra.
El alma sangra en versos de ceniza
al rozar tu ausencia—fruta prohibida—
¿Cómo nombrar lo que el destino desgarra?
Tu risa fue cáscara de luna en la cornisa,
tu amor, un huracán en vaso de mentira...
y aún así, juré beberte hasta la última lágrima.
(Estribillo de la noche malherida):
Noche sin cura, noche desvestida,
laberinto de sombras que en mi pecho anida,
tu recuerdo me talla como espina fina:
sangro versos, y el eco de tu nombre persiste.
El tiempo teje distancias en mi frente,
y el espacio urde mares sin orillas,
pero hasta el infinito es breve cuando invento
tu rostro en cada grieta del presente.
Tú, faro que en mi abismo siembra estrellas,
princesa de raíces incurables,
das al viento mis alas mutiladas
y conviertes el miedo en semillas bellas.
Quedará esta canción sin melodía—
jirón de eternidad en voz vacía—,
tu nombre escrito en la arena del olvido,
y un eco que el viento no sepulta:
"Aunque el universo calcine sus promesas,
mi pulso dibujará tu silueta en cada grieta".
"Noche Sin Luna"
Era una noche oscura,
tan negra como el silencio de los sueños rotos,
sin luna que guiara mi paso vacilante,
solo la tormenta callada de mis pensamientos.
Una locura suave,
hecha de imágenes tuyas,
de palabras que no dije
y que hoy susurran en mi mente.
Sentimientos anhelados,
como oasis en un desierto de años,
y entre ellos tú:
mi amor, mi refugio, mi desvelo.
Dulce hermosura de mirada eterna,
tu recuerdo se abrazó a mi pecho
mientras el viento de la soledad pasaba.
Esta noche, mi alma llora en silencio,
no por lo que fuimos,
sino por lo que aún siento.
Le duele perder tu voz,
tu calor, tu nombre en la piel.
Y duele no tenerte,
como duele al mar no besar las estrellas.
Fue una noche sin luna,
esa noche sin cura,




Comentarios