La Promesa del Infinito

Bajo lunas gemelas juraron su amor,

con estrellas brillando en un dulce clamor.

“Eres mi todo,” susurró la princesa,

“Eres mi siempre, mi eterna belleza.”

El guerrero, solemne, con voz de trueno,

respondió al amor que quebraba su yugo terreno.

“Prometo, princesa, que ni el tiempo me rinde,

te amaré más allá de lo que el cosmos distingue.”

Los dioses celosos, al ver tal unión,

trazaron un plan con cruel ambición.

Separarlos quisieron, romper su destino,

mas ellos juraron luchar su camino.

“Por cada galaxia que intente alejarnos,

por cada tormenta que busque quebrarnos,

yo te encontraré, princesa del todo,

mi amor por ti será eterno e inmenso como el lodo.”

Y así se enfrentaron al poder divino,

uniendo sus almas en el cruel torbellino.

Ella le daba la luz que faltaba,

él le ofrecía la fuerza que amaba.