Fragmentos de Eternidad en Cristal
- samuel gaitan
- 24 jul
- 1 Min. de lectura
En el cofre de tu mirada brillan esmeraldas,
verdes como la esperanza que nace al amanecer,
cada destello cuenta historias no contadas
de un amor que se niega a envejecer.
Tus labios son rubíes pulidos por el tiempo,
rojos como la pasión que arde en mis venas,
cuando me besas siento el fuego eterno
quebrando todas mis defensas serenas.
Diamantes son las lágrimas de gozo
que ruedan por tu rostro cuando ríes,
cada una vale más que cualquier gozo
porque en ellas mi alma se define.
Zafiros azules danzan en tus ojos
cuando me susurras secretos al oído,
profundos como océanos, sin enojos,
donde mi corazón ha construido su nido.
Ámbar dorado es tu piel bajo la luna,
cálida como el sol de mediodía,
conservas en ti nuestra fortuna:
este amor que crece día a día.
Perlas nacen en el silencio compartido,
blancas como las promesas que hacemos,
cada momento juntos es un latido
de este tesoro que entre dos tenemos.
Tu voz resuena como cuarzo cristalino,
clara y pura, música celestial,
guiándome siempre por el camino
hacia nuestro destino final.
Somos dos piedras que el destino ha tallado,
perfectas en nuestra imperfección,
brillando juntos, nunca separado,
gemas eternas de una misma canción.
En la joyería de nuestros recuerdos
guardamos cada instante precioso,
porque nuestro amor, entre todos los recuerdos,
es el más brillante, el más hermoso.




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