Escena en un Jardín Celestial:

En un jardín de estrellas, donde el tiempo se detiene,

y la luz de mil soles baña cada flor,

se encontraron los amantes, sus almas gemelas,

buscando una esperanza, una nueva aurora.

Ella, con su mirada que todo lo abarca,

escudriñó el cosmos, buscando una solución.

Él, con su corazón roto, como una barca,

deriva en un mar de dolor y confusión.

"No desesperes, amado," susurró la princesa,

"el infinito nos ofrece mil caminos.

Juntos encontraremos la forma de expresarnos,

y así venceremos a los crueles destinos."

El guerrero, conmovido, la tomó en sus brazos,

y en ese abrazo eterno, hallaron la paz.

"Aunque nos separen las leyes del cosmos,

nuestro amor perdurará, más allá de la faz."

En reino de estrellas, donde el tiempo se esfuma,

y el amor florece cual eterna aurora,

un guerrero inmortal, de heridas consuma,

halló en una princesa su más bella aurora.

De ojos infinitos, que el cosmos recuerdan,

y un alma que danza en melodías eternas,

su amor se encendió, cual antorcha que enciende,

y juntos vagaron por espacios siderales.