“Ella era de luz, y yo... de sombra”
- samuel gaitan
- 24 jul
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La vi pasar, y el mundo se detuvo,
como si el tiempo cediera su corona.
Ella era aurora vestida de suspiros,
y yo, un simple hombre con sueños de lona.
Su andar, poema tallado en silencio,
su risa, campanas que no eran para mí.
Mirarla era creer en lo imposible,
tocarla… un deseo que no quiso existir.
Sus ojos, dos lunas sin noche ni dueño,
jamás me buscaron entre la multitud.
Yo, sombra perdida en su mundo dorado,
un mortal soñando con dioses de azul.
Le hablé con palabras que nunca nacieron,
con gestos torpes, con versos de sal.
Ella sonreía... no por mí, por el viento,
como quien admira lo que no quiere tocar.
Mi amor fue castillo sin piedra ni reina,
una llama encendida en la palma del mar.
Ella era eternidad, flor que no muere,
y yo, hoja de otoño, dispuesto a caer.
Me fui deshojando al ritmo de su ausencia,
cada mirada suya, un “no” disfrazado.
Y comprendí que hay belleza tan pura,
que solo se admira… jamás se ha de alcanzar.




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