El Sacrificio y la Esperanza
- samuel gaitan
- 31 dic 2024
- 1 Min. de lectura
Al borde del abismo, donde todo termina,
los dioses intentaron borrar su doctrina.
“Este amor desafía las leyes eternas,
no hay lugar en el cosmos para sus almas tiernas.”
Pero el guerrero, con espada en mano,
defendió su amor, su juramento humano.
“Podré ser inmortal, mas soy de su vida,
sin ella mi alma está perdida.”
La princesa, con lágrimas de luna brillante,
ofreció su corazón como diamante.
“Si mi amor debe acabar, que sea contigo,
prefiero la muerte que un mundo sin abrigo.”
Los dioses cedieron ante tal devoción,
y el universo cantó una nueva canción.
El amor verdadero, más fuerte que el odio,
había triunfado con poder y custodia.




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