Canción de un amor nacido en la amistad

Éramos dos voces riendo en silencio,

cómplices del tiempo, secretos al viento.

Tus ojos me hablaban, yo no comprendía,

que en tu risa suave dormía la mía.

Jugábamos a ser eternos amigos,

a curar heridas, a soñar caminos.

Sin darnos cuenta, la piel nos llamaba,

y en cada palabra el fuego esperaba.

Estribillo:

De tu mano encontré el destino,

en tu abrazo descubrí mi hogar.

La amistad se volvió suspiro,

y el suspiro se volvió amar.

No fue casualidad, fue el corazón,

gritando tu nombre en mi canción.

Tus miradas largas se hicieron caricias,

mis dudas callaron, vencieron las prisas.

Un beso robado rompió la frontera,

y la primavera nos cubrió entera.

Ahora ya no temo al paso del día,

porque en tus pupilas florece la vida.

Fuimos compañeros, ahora somos fuego,

un amor sincero, ardiente y eterno.