Amor de neblina dulce mortal en lluvia galaxia
- samuel gaitan
- 1 sept
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Actualizado: 3 sept
A través de la neblina del tiempo, un eco resuena,
un juramento susurrado por almas que la muerte no enajena.
Él, el caballero inmortal, anclado en la eternidad,
ella, la princesa mortal, efímera en su fragilidad.
Sus mundos, separados por una brecha abismal,
él en castillos de mármol que no se atreven a caer,
ella en jardines donde las rosas tienen un ciclo vital,
una existencia que un solo amanecer puede desvanecer.
Él la ve en los sueños, en el brillo de las estrellas,
un reflejo en la luna que a su corazón destella.
Ella lo siente en el viento, en el canto de las olas,
una presencia invisible que la consuela en las horas solas.
Su amor no conoce de cuerpos ni de caricias,
es un lazo del alma, más allá de la materia.
Una promesa etérea, tejida de suspiros y añoranzas,
una conexión inquebrantable que resiste a todas las distancias.
Ella envejece, sus cabellos se tornan plateados,
sus ojos aún guardan el amor de un caballero de épocas pasadas.
Él, inmutable, observa el paso de las eras,
y en cada latido, su corazón la espera.
Cuando la princesa se desvanezca en la tierra,
él la encontrará en el siguiente soplo de aire,
en el rocío de la mañana, en la luz de la guerra,
porque el amor, para un inmortal, no puede marchitarse.
Así, su historia perdura en el eco de un amor sin final,
un caballero inmortal y su princesa mortal.
No importa la distancia, la vida o la muerte,
su amor trascenderá cada tiempo y cada suerte.




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